El alcohol es uno de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en los accidentes de tráfico. Se ha llegado a calcular que de cada 100 accidentes mortales, el alcohol está implicado de uno u otro modo en entre 30 y 50 de ellos.
Es una normativa que, desde el 16 de septiembre del 2014, modifica la Ley Tolerancia Cero que entró en vigor el año 2012, bajando los límites de alcohol en la sangre permitidos, para los conductores y así aumentar las sanciones por conducir en estado de ebriedad.
Nadie puede decir que la conducción bajo los efectos del alcohol o alguna droga no le afectan al momento de conducir de modo porque estas por mucho o por poco alteran la consciencia. La Dirección General de Tráfico (DGT) se dio a la tarea de detallar cómo es que las sustancias que son vistas más frecuente en los controles afectan la conducción.
La Reforma del Código Penal resume la sentencia que conlleva cometer delitos que atentan contra la seguridad vial, la misma lleva sobre diez años en vigencia y aun así muchos conductores no conocen la penalidad que conlleva cometer alguna de las siente infracciones consideradas graves, y que su repercusión podría llevarte a la cárcel.
Cerca de un 33% de los accidentes con víctimas mortales en España se deben a los efectos del alcohol en la conducción. El alcohol es por tanto, la causa que más incidencia tiene en la accidentalidad, convirtiéndose de esta forma en una de las lacras más graves de las carreteras.
El número de ciclistas víctimas de accidentes de tráfico ha ido en aumento de forma considerable este último año. Aunque se trate de un grupo minoritario, es sin duda, el más vulnerable, por ello debemos tenerlo en mayor consideración a la hora de mantener una adecuada educación y seguridad vial.