Facilita la visión del conductor así como el ser visto.
Modernamente algunos coches incorporan los faros de xenón que utilizan un arco eléctrico, en vez de un filamento incandescente, para producir una luz particularmente intensa, que proporciona una mejor iluminación de la carretera, lo que resulta un factor decisivo para incrementar la seguridad en la oscuridad o con malas condiciones atmosféricas.
Siempre hay distintos factores que pueden afectar la manera en la que conduces, y en efecto, el clima es uno de ellos. En este caso, el frío dificulta la concentración y aumenta la fatiga, por lo que al conducir, los movimientos pueden llegar a ser más lentos y el tiempo de reacción mayor.
Según la DGT, algunos de los consejos iniciales para lograr una conducción segura con niebla son utilizar bien las luces del vehículo, dejarnos llevar por las marcas viales e incluso aumentar la distancia de seguridad entre coches.
Todos coincidimos en que uno de los factores climatológicos que provocan más riesgo en la conducción, por su impedimento en la visión del conductor, es la niebla. Pero esto no significa que la luz antiniebla de los faros de iluminación traseros deba usarse al libre albedrío.