Los efectos del calor en la conducción
El calor a la hora de conducir influye en las capacidades físicas y en el comportamiento del conductor. Es más, el 17% de los accidentes de tráfico pueden deberse a las excesivas temperaturas.
La temperatura interior del coche en movimiento puede ser entre 5 y 15 grados mayor que en el exterior, la temperatura ideal que debemos tener dentro del habitáculo es entre 21º y 23º. Cuando en el interior del habitáculo estamos por encima de estas temperatura, los conductores dejan de percibir el 3% de las señales; este porcentaje incrementa en función del aumento de la temperatura.
Otro aspecto a tener en cuenta, es que el calor puede derivar en deslumbramiento, que es la causa de alrededor 3.500 accidentes en España.
El conductor debe adoptar precauciones complementarias al volante, como mantener la temperatura adecuada dentro del vehículo y mantenerse hidratado, ya que el calor afecta directamente al conductor provocandole molestias y disminuyendo sus capacidades y reacciones.
Consecuencias del exceso de calor:
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El calor puede alterar la capacidad de reacción del conducto
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Producir agresividad, nerviosismo y/o tensión
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Causar fatiga
Con las olas de calor que van aumentando al pasar los años, Fundación CEA quiere recordar la importancia de las medidas que el conductor debe preocurar y adoptar al momento de desplazarse en coche en las altas temperaturas del verano
Consejos de conducción con altas temperaturas
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Bajar todas las ventanillas del coche para igualar la temperatura interior a la exterior antes de iniciar la conducción
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Realizar una adecuada ventilación del vehículo durante el viaje y regular el aire acondicionado hasta una temperatura máxima de 24°C.
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Se deben buscar las horas de menor radiación solar -mañana o atardecer-, y hacer paradas periódicas cada 200 km o 2 horas.
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Es conveniente ingerir una alimentación ligera, rica en proteínas y vitaminas, evitando las comidas grasas.
- Hidratarse, tomar agua constantemente aún así no sientas sed.
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Es importante que el conductor utilice ropa cómoda y holgada, además de llevar un calzado que sujete adecuadamente el pie.
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Cuando el conductor perciba síntomas de fatiga o somnolencia, debe parar el vehículo para descansar o dormir.
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No consumir absolutamente nada de alcohol si se va a conducir: disminuye los reflejos, crea una sensación de euforia y una falsa seguridad, incluso en sus niveles más bajos.
Viviana Velásquez Scarano - Departamento de Comunicación
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