Fundación Comisariado Europeo del Automóvil

Defectos habituales en la conducción

La rutina de conducir y la falsa sensación de seguridad que tiene el conductor con el paso de los años circulando hace que los automovilistas adquieran determinados defectos.

Conducción por autovía o autopistaAl inicio de la actividad los conductores suelen ser más respetuosos con las normas, manteniendo en todo momento la atención debida, pero según transcurre el tiempo se van relajando, y algunas maniobras se automatizan de tal forma, que los malos hábitos ya se ejecutan de manera inconsciente, creando esa falsa seguridad que en ocasiones suelen desembocar en accidentes.

Factor humano el causante del 70% de los accidentes

Según los datos estadísticos de la Dirección General de Tráfico las salidas de vía y los choques frontales representen más de la mitad de las causas de muerte en accidentes lo que podemos traducir en que el factor humano, ya sea por distracciones o por malas conductas, es el responsable del 70 por ciento de los accidentes de tráfico.

Alguno de esos malos hábitos son de sobra conocidos, pero aún así insistimos para que se eviten por todos los medios.

Defectos frecuentes

Algunos de estos comportamientos pueden tener consecuencias muy graves, por ello antes de sentarse al volante, es necesario de vez en cuando recordar estas conductas para evitarlas:

  • Sentarse de manera incorrecta al conducirSentarse de manera incorrecta: No hay que sentarse ni demasiado lejos ni demasiado cerca. La parte superior del reposacabezas debe quedar a la altura de los ojos. la distancia del asiento debe permitir pisar el embrague a fondo y mantener un poco doblada la rodilla; el volante siempre a la altura de los brazos estirados con la muñeca apoyada en la parte superior del mismo. Un exceso de ropa impide los movimientos al volante y el reposacabezas mal ajustado en altura e inclinación puede producir lesiones muy graves en caso de accidente. 
  • No guardar la distancia de seguridad con los demás vehículos. A mayor velocidad, mayor distancia de frenado. Circular con una amplia diferencia de distancia respecto a los coches que nos preceden puede salvarnos de la clásica colisión en cadena. Medir la distancia adecuada a veces resulta difícil lo ideal es calcular aproximadamente 0,5 metros por cada kilometro/hora de velocidad, por lo que si circulamos a 100 km/h la separación que debemos guardar será de 50 metros. En cualquier caso, esta distancia siempre tiene que adaptarse a las condiciones de la vía y climatológicas, en calzadas mojadas siempre debe ser el doble que en las calzadas secas. 
  • No señalar con la debida antelación las maniobras. Puede inducir a error al resto de automovilistas. Es sorprendente como muchos conductores olvidan hacer uso de los intermitentes luminosos para indicar desplazamientos laterales. A veces porque la carretera no tiene tráfico o simplemente porque han perdido la costumbre de señalizar sus movimientos. Con un gesto tan sencillo cómo indicar la dirección que se va a tomar, el resto de conductores que están circulando ya quedan avisados de cual es nuestro camino. 
  • Circular siempre por el carril izquierdo: la finalidad de dicho carril es poder adelantar a los vehículos que circulan más despacio. Tras un adelantamiento hay que volver a la parte derecha de la vía. Un buen uso de este carril favorece la circulación y consigue evitar accidentes. Cuando se ocupa el carril izquierdo constantemente el resto de conductores que quieren adelantar se ven obligados a frenar o no respetan la distancia de seguridad y en la mayoría de los casos hacen uso de maniobras peligrosas para seguir su camino sin bajar la velocidad, lo que pone en peligro al resto de coches. 
  • Respetar la prioridad de paso de peatonesNo respetar la prioridad de paso. En las incorporaciones o salidas en las autovías hay que respetar siempre la prioridad de paso para no obstruir el tráfico. Recordar además que los pasos de los peatones son “sagrados”. Y en el caso de las rotondas estas infraestructuras se rigen por unas pautas muy claras, aunque muchos las desconocen. Respetar y dar prioridad a los vehículos que ya circulan por dentro antes de meterse, una vez en el interior señalizar cada movimiento, en caso de tomar la primera salida, colocarse en el carril de la derecha y poner el intermitente derecho y si no se va a coger la primera salida, permanecer en el carril interior hasta llegar al lugar por donde queramos salir indicando, con el intermitente, colocarse en el carril exterior y salir. 
  • Uso incorrecto de las luces. Es fundamental ver y ser visto. El reglamento sólo indica que debemos poner las luces de cruce cuando cae el sol y siempre que vayamos por carriles especiales, pero es recomendable llevarlas siempre. Las luces antiniebla traseras cuando no sea necesario es mejor no ponerlas. Molestan mucho a los otros conductores. Si hay niebla pero la circulación es muy lenta, también conviene quitarlas, ya que deslumbran a los de detrás. La perfecta iluminación se consigue manteniendo los faros limpios y reglados. 
  • Bajar la guardia: Hay que ampliar el campo de visión hacia el horizonte y los laterales y no fijar la vista en el capó del coche. Así, se puede anticipar y actuar antes frente a situaciones inesperadas. Tampoco se puede disminuir la precaución tras sufrir un accidente. Muchos atropellos se producen cuando el conductor de un coche siniestrado abandona su vehículo. Nunca hay que bajar del coche en carretera sin el chaleco reflectante. En cuanto a los peatones merecen mención especial y no sólo en la conducción sino también en el aparcamiento o salidas de garaje, donde también se dan atropellos. 
  • Cansancio y sueño en la conducciónCansancio y sueño. La distancia de reacción es el tiempo que pasa desde que el conductor percibe una situación en la que debe frenar hasta que pisa el pedal del freno. La media del tiempo de reacción está sobre los 0,75 segundos, durante los cuales se recorre un espacio que depende de la velocidad a la que se circule. Esta distancia depende del estado físico del conductor, ánimo, reflejos, nivel de cansancio, sueño, fatiga o ingesta de alcohol y drogas. Hay que ponerse en marcha “fresco“ y habiendo descansado lo suficiente pero ante cualquier mínimo síntoma de cansancio o sueño es preferible parar a descansar y llegar más tarde que ponerse en peligro y provocar un siniestro. 
  • Fumar, comer, hablar por el móvil o cualquier otro tipo de distracción: cuando se está conduciendo tener una mano ocupada y la atención puesta en otro asunto que no sea sólo la conducción genera una falta de concentración que puede acabar en accidente. Lo mejor es que no se fume, ni se coma mientras se conduce en el coche y tampoco se utilice el teléfono aunque se tenga manos libres, sino que se utilicen las áreas de descanso para este tipo de cosas y luego poder volver a la conducción con los cinco sentidos.

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