Salir del derrape
Son diferentes los factores que pueden provocar que el vehículo derrape, por lo general un exceso de fuerzas provocadas por la aceleración, el frenado o el trazado de las curvas.
La forma de salir de este tipo de situación comprometida dependerá de si conducimos un vehículo con tracción delantera o trasera.
El deslizamiento del vehículo está causado por la disminución de la adherencia de las ruedas al terreno. Esta falta o disminución de la adherencia puede haber sido provocada por distintos factores. Entre ellos cabe destacar el exceso de velocidad, que el suelo esté mojado o sucio, excesiva presión de inflado en los neumáticos, que éstos estén desgastados, la toma de curvas de forma incorrecta y con velocidad excesiva, etc.
Para evitar el deslizamiento es imprescindible, tener las ruedas en perfecto estado, con la presión de inflado adecuada al terreno sobre el que se conduce.
Tener en óptimas condiciones toda la mecánica del vehículo, y es muy importante estar muy atento a todos los cambios que se puedan producir en el terreno (agua, hielo, nieve, arena, obstáculos ...), con lo cual no nos cogerá desprevenidos y podremos anticipar la forma en que debemos reaccionar.
Aquaplaning
Cuando las ruedas patinan al pasar por un charco, se produce un fenómeno llamado aquaplaning. Esto sucede cuando las ruedas no pueden evacuar el agua, por lo que se forma una película líquida que se interpone entre el neumático y el asfalto impidiendo que el neumático esté en contacto con el suelo, provocando la pérdida de control del vehículo.
Como evitarlo: Si esto sucede en un tramo recto, bastará con sujetar con fuerza el volante y levantar suavemente el pie del acelerador, a la espera de que los neumáticos vuelvan a tener adherencia.
El sobreviraje
Provoca un deslizamiento del eje trasero del vehículo hacia el exterior de la curva, al tiempo que las ruedas anteriores están girando de manera correcta. Este comportamiento es característico de los vehículos con tracción trasera.
En casos extremos se puede llegar a producir un trompo, quedando el coche mirando en sentido contrario.
Como evitarlo: Maniobra de contravolante.
Cuando se produce un sobreviraje lo recomendable es dejar de acelerar a la vez que giramos el volante hacia el mismo lado en el que derrapa la parte trasera, enderezando la dirección en el momento en que empiece a corregirse el derrapaje. Esta maniobra se conoce con el nombre de contravolante. Es importante realizar esta maniobra con calma y seguridad pues si la realizamos con brusquedad, podemos salir disparados hacia el lado contrario de la carretera.
Es recomendable pisar el pedal del embrague para cargar peso sobre el eje trasero y, a su vez, evitaremos que se cale el motor de nuestro coche.
En ningún caso debemos tocar el pedal del freno, ya que esto provocaría la pérdida de control del vehículo.
Una vez que notemos que nuestro vehículo vuelve a la posición correcta, hemos de recuperar la dirección para salir con las ruedas rectas y así obtener la máxima adherencia.
El subviraje
Es una característica de los vehículos de tracción delantera. Se produce cuando el suelo es deslizante en una curva y las ruedas están giradas en el sentido de la curva creando una fuerza de sentido contrario a la centrífuga, pero de menor intensidad. Con lo que la resultante de ambas fuerzas obliga al coche a describir una trayectoria con las ruedas resbalando, más amplia de los que sería en caso de que la curva no fuese deslizante.
Como evitarlo: Para evitar irnos de frente en una curva, lo mejor es disminuir la velocidad antes de entrar. Pero si se produce un deslizamiento frontal, la reacción correcta será levantar el pie del acelerador y así lograremos desplazar más peso sobre el eje delantero, con lo que las ruedas ganan adherencia.
Nunca tocaremos el pedal del freno y evitaremos el girar la dirección más de lo que habíamos aplicado en un primer momento, ya que esto será contraproducente y facilitará el que nos salgamos de la calzada.
Para asegurarnos el éxito de la maniobra debemos dirigir nuestra mirada a la salida de la curva con el fin de tener un punto de referencia hacia el que dirigir nuestro vehículo.
Debemos tener en cuenta que esta maniobra no aporta resultados inmediatos, nuestro coche puede tardar un poco en meterse en la curva, pero si tenemos paciencia terminará por recuperar la trayectoria.